Dia 8

Compartiendo Lo Que Hemos Visto y Escuchado

Por: Emma Miller

Toma un momento para estar en silencio con Dios. Empieza leyendo Hechos 4 y 1 Juan 1:1-10.

Vivimos en un mundo que está extremadamente obsesionado con compartir lo que hemos visto y escuchado. En verdad, las mujeres podemos ser muy buenas en esto. Podemos recomendar un buen salón para las uñas, un buen lugar para ir a tomar un café, un buen hombre, etc. Una de las cosas que más me gustan de nosotras las mujeres es que nos encanta compartir lo que hemos visto y escuchado con las demás. Después de leer las escrituras en Hechos y Juan, siento escalofríos cuando reflexiono en la misión tan radical y transformadora a la que hemos sido llamadas. Cuando comparo este mensaje con las demás cosas, todo se vuelve insignificante.

Observa y Escucha — En medio de una gran oposición y presión de los líderes judíos, una gran llama penetró los huesos de los discípulos." No podemos parar de hablar sobre lo que hemos visto y escuchado…" La valentía de los discípulos se manifestó porque ellos habían estado con Jesús." Sí nosotros para llegar a tener ese valor y determinación con los demás, es necesario mantener una conexión con ese tesoro que poseemos, y caminar con Jesús. (v. 13). En tan solo los tres primeros versos de 1 Juan 1, las palabras “vista, escuchada, o tocada”, son mencionadas 7 veces. Si no estamos viendo y escuchando a Jesús en nuestras vidas con corazones llenos de gratitud y asombro, hablarle a los demás sobre él no será fácil. Los tesoros del reino celestial están a nuestra disposición. Puedes verlos? Los puedes escuchar?

Compártelo - Cuando has estado caminando con Jesús, hablarle a los demás sobre él se convierte en algo natural. Hace un par de días, leí un mensaje de texto que me envió una de mis hermanas que estudia en La Universidad Northeastern, Ebube. Decía: "Podemos reunirnos con mi amiga?” Pienso que ella en verdad necesita a Dios." Un día después, las tres nos encontrábamos alrededor de una mesa, escudriñando escrituras que la amiga nunca había escuchado. Le imploramos que le diera el beneficio de la duda a estas escrituras. Mientras observaba a Ebube rogarle a su amiga que busque a Dios, sus ojos derramaban lágrimas de sinceridad. Su amiga estaba visiblemente confundida y sorprendida. Luego respondió: " Yo no entiendo como ustedes pueden creer tan firmemente en algo que no pueden ver, pero definitivamente me gustaría intentarlo."

Ebube creyó; por lo tanto, habló (2 Corintios 4:13). 1 Corintios 4:1 nos nombra como "encargados de los misterios de Dios." ¡Nada puede ser más fascinante! Es un gozo para nosotras como mujeres, poder tener el privilegio de cuidar el tesoro más grande en el mundo. Debemos mantener conexión con él y proclamarlo con toda nuestra valentía.

La pregunta es Cómo puedo estar más conectada con lo que he visto y escuchado? Debería sumergirme en estudios bíblicos más profundos para llegar a escuchar y ver la presencia de Jesús en mi vida? Cómo sería salir al mundo esta semana con coraje y valentía para compartir lo que he visto y escuchado?

Quién es esa persona que mi espíritu quiere que busque y le comparta este tesoro? En Hechos 4, los discípulos terminan con una oración pidiéndole a Dios que haga milagros y les dé valor y coraje. Qué milagros te gustaría pedirle a Dios que haga en tu vida?