Vista y Escuchada
Una guía para tus tiempos con Dios con motivo del Día Internacional de la Mujer
Como el Señor le había hablado, Agar le puso por nombre El Dios que me ve, pues se decía: Ahora he visto al que me ve. También dijo, "¿En verdad he visto al que me ve?" Génesis 16:13 (NLT)
“Te veo." Unas simples palabras frecuentemente usadas para explicar que se ha reconocido la fortaleza interna, los logros y su situación de vida de una persona. Imagínate a Dios diciéndote: Te veo. Te escucho. Me siento orgulloso de ti. Entiendo lo que estás pasando.
Son palabras poderosas.Verdad? Todas queremos ser vistas y escuchadas. Una palabra que describe a Dios es “El Roi," que significa el Dios que ve. Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer, estaremos estudiando este tema. Esperamos que estas escrituras, pensamientos, preguntas, etc..nutran tu relación con Dios. Esperamos que encuentres regocijo al sentirte vista y escuchada por nuestro Dios, y por los demás.
Día 6
Dejémonos ser Vistas
por Ann Efstathion
Cuando el día comenzó a refrescar, el hombre y la mujer oyeron que Dios el Señor andaba recorriendo el jardín; entonces corrieron a esconderse entre los árboles, para que Dios no los viera. Pero Dios el Señor llamó al hombre y le dijo: "Dónde estás?" Génesis 3:8-9
Toda esta frase en Hebreo se define en una palabra Ayekah. Esta no solo se refiere a un lugar, si no que también describe el corazón de Dios dejándonos saber que él entiende lo que nos sucede y no quiere que nos escondamos de él.
El ángel del Señor la encontró cerca de un manantial en el desierto. (Génesis 16:7). El ángel le preguntó: " Agar, ¿de dónde has venido y a dónde vas?" Dios demuestra su preocupación por Agar y su hijo en medio de la situación tan difícil en la que se encontraba. (Gen 16:11)
Si Dios viene hacia nosotras, ¿por qué nos escondemos o huimos de él? Tal vez nos sentimos avergonzadas o tememos ser rechazadas. Puede ser que no sentimos la necesidad de su ayuda o que estamos tan decepcionadas de los resultados de algunas situaciones en nuestras vidas que no queremos mirar a Dios de frente. Uno de mis miedos más grandes es sentirme que no estoy siendo productiva. Para mi es difícil quedarme quieta cuando siento mi vida desordenada. Me pregunto: ¿Quién soy en realidad? A veces es más fácil salir corriendo, negar la existencia de las dificultades, o mantenerme ocupada.
En el evangelio de Lucas, encontramos la historia de una mujer que había estado sangrando por 12 años. Ella tenía varias razones para esconderse, pero se sentía desesperada. Ella tuvo fe en que Jesús la podía sanar y actuó de acuerdo con su fe.
Lucas 8:47 dice lo siguiente:
Entonces, viendo la mujer que no había pasado inadvertida, se acercó temblando, y cayendo ante sus pies. Arriesgándose a ser expuesta, dejó que todos la vieran llegar a la presencia del Señor. Es ahí cuando ella recibe sanación completa y aceptación.
Al principio de este nuevo año, yo me propuse algunas metas. Decidí que quería crecer en mis tiempos de oración. Quería llegar a conocer a Dios más profundamente y tener una conexión más vulnerable con él. A principios de enero, recibí noticias inesperadas sobre mi salud que le dieron un giro a mi vida. Siento una necesidad desesperada por la sanación de Dios y su aceptación entre las luchas de mis miedos y preguntas. Quiero que Dios me examine y me ayude a ver lo que está en mi corazón. Quiero salir de mi escondite.
Alabemos al Señor porque Él nos ve y nos escucha. Seamos mujeres que llevamos todo nuestro ser a su presencia para ser vistas y amadas profundamente. Reflexiona en en esta pregunta:
Cuáles son algunas razones por las que te esconderías de Dios?
Ora a través de Salmo 139:23-24; Habla con Dios honestamente sobre cualquier cosa que está en tu mente o corazón (miedos, ansiedades, perdón, etc.)
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