Testimonio para el día internacional del Cáncer de mama
Relato de Marta Endrizzi
Corría el año 2000, precisamente el mes de Julio, cuando me intervienen quirurgicamente por un diagnostico de cáncer de mama.
Gracias a Dios hice la consulta a tiempo pues como acostumbraba a dormir boca abajo, comence a sentir como si tuviera una piedrita en mama derecha.
El doctor que me atendia, despues de ver los estudios mamograficos, me dijo con crudeza: "Señora, por la forma y contornos de esta imagen, esto es Cáncer… no le hare biopsia, la opero, congelo esta malformacion, la hago analizar en el momento y si confirmo el diagnostico le extirpo todos los ganglios de axila derecha para no volver a operar..si no es cancer cierro y nos quedamos tranquilos"... luego se limito a escribir sobre todo los requerimientos para la operacion y listo; realmente quede shockeada, no sabia como se lo iba a decir a mis hijos, tres adolescentes que se podian quedar sin madre. Este pensamiento me llenó de angustia en esos dias hasta que me quebre y abrazando a mi hija mayor le confesé que tenia mucho miedo por ellos, a lo que ella respondio con naturalidad y mucha firmeza: " pero mami, vos sabes que Dios no va a permitir que te pase nada malo, esto va a terminar bien!!" sinceramente despues de este episodio me senti mas tranquila, ella se sentia totalmente segura de lo que hablaba y me ayudo a reflexionar y volver a estar en paz para seguir con todos los pasos necesarios para la operacion. Quiero destacar que era la primera vez que ella me veía llorar, pues a pesar de haber vivido muchas situaciones dificiles, nunca me habia mostrado vulnerable ante mis hijos para no entristecerlos.
El día de la operacion llegué acompañada de mis dos amigas discipulas (las Martas) y mi hermana de sangre Silvia.
Al entrar al quirofano recordé que, de acuerdo a las palabras del Doctor, la señal para saber si se trataba de cáncer o no, era si tendría una venda solamente en la mama, o en la mama y el brazo al despertar de la anestesia.
Cuando desperte vi mi brazo derecho vendado y sujeto a mi cuerpo con el resto de las vendas sobre la mama, confirmando asi el diagnostico temido, también percibí que mi hermana Silvia lloraba desconsoladamente mientras las dos Martas la sacaban de la habitación.
Cuando quede sola en la habitación observe que ésta era muy bonita, dos de las cuatro paredes tenian ventanas enormes y un balcon con una vista preciosa hacia el jardin interno con arboles cuyas copas rebosaban de flores rosas, sentí que Dios me susurraba: "se que es dificil este momento pero lo pasaras rodeada de este escenario tan bonito e inusual para una habitacion de hospital.."
Despues del alta lo que seguia eran dos meses de radioterapia con un intervalo de veinte días. Como me sentia bien en esos veinte días, decidí volver a mi trabajo como bancaria tomando turnos de medio tiempo. Recuerdo que fue un gran impacto para toda la gente del sector, pues no entendian sobre la fortaleza con la que Dios me habia dotado y asi seguí hasta terminar mis sesiones de radioterapia y volver a la normalidad.
La enseñanza que recogí de esta experiencia es que Dios uso esta situación para enseñarme a ser vulnerable, una palabra que hacía tiempo no tenia en cuenta. Por ésta y otras pruebas que pasamos los discípulos estoy convencida que Dios se ocupa de moldearnos para mejorar en todo lo que necesitamos y siempre será para nuestro bien, aunque duele mientras lo pasamos
1 de Corintios 10:13
Ustedes no has sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Mas bien, cuando llegue la tentación, Él les dará también una salida a fin de que puedan resistir.